lunes, 23 de enero de 2012

Tu lo das todo, te entregas al 300% esperando recibir como mínimo lo que das. Y ¿que recibes?, desprecio, inseguridad y dolor. Te prometen el cielo, la tierra y todas las estrellas que rodean la luna. Te juran que harán lo imposible para que seas feliz, para que te sientas como una princesa, que según ellos, es lo que te mereces. Eso suele ser lo que te dicen durante los primeros días. Luego llega el periodo de adaptación, todo cambia, porque según ellos, no están acostumbrados a estar con alguien y necesitan su espacio, para ellos, bueno y para las perras que les siguen el culo. Te comen los celos, pero el siempre te ha dicho que no le gustan las chicas celosas, y te los tragas, y se te hace un nudo en el estomago y una red de desconfianza inseguridad y dudas. Después viene la parte donde empiezan a pasar de ti, y ya ni espacio ni leches, te llaman cuando no tienen nada mejor que hacer, y cuando les interrumpes te dicen que eres una pesada posesiva. Y ya la hecatombe del asunto es cuando te enteras de que te la han metido doblada, ahí, es cuando comienzas a llorar, a preguntarte porque , como y cuando y otra seria de cosas que poco a poco te van destruyendo por dentro, y luego por fuera. Te dicen que la culpa la tienes tu. Que siempre miras por ti y no por los dos, y te cuestionas a ti misma, eso, cuando no te mencionan a las "arpías" que tienes por amigas.... Al final suele acabar siempre igual, berrinche, llorera, intentar pasar pagina... No conseguirlo, y cuando lo consigues te das cuenta de que pasas la pagina pero en el mismo capitulo, del mismo libro, de él

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