miércoles, 25 de enero de 2012

Y en ese momento. En esa frase. En esa simple frase. Todo se derrumba. Tu mundo cae, cae en picado. Y sabes, que todo va a cambiar. Y lo que ayer no parecía mucho, ahora es menos, y ya ha quedado atrás. No quedan besos, no me bastan solo los recuerdos. Ya no despertaré por la mañana inhalando tu aliento, ni terminaré el día con un ligero beso en los labios. ¿A quién le diré ahora todo lo que tenía por decirte? ¿Quién me dirá todo lo que tú callaste? Sentí como si él hubiera agarrado mi corazón y luego, lo pisoteaba y pisoteaba hasta que quedó hecho trizas. Las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas, mientras que su cara, sus ojos y expresiones eran totalmente frías.

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