miércoles, 11 de enero de 2012

¿Y por qué me voy a esconder? Si no te gusta como soy, pues es simple, NO MIRES. Pero no voy a cambiar por ti, no, no y no. Es la mayor cagada que habré hecho en toda mi vida. Cambiar por alguien. ¿¡Pa’ qué!? ¿De qué sirve eso? No me gusta fingir a cada segundo, ser alguien diferente, no. No soy perfecta, eso lo sé, es más, te diré que soy de lo peor. Soy caprichosa, envidiosa, y si me apuras, celosa. No soporto que nadie me diga que tengo que hacer. Y soy muy cabezota. Soy rara, si, ni me gustan las chuches, ni los chicles, no me gusta la fanta de naranja aunque si no hay remedio me la bebo, adoro la cocacola,  pero la de limón no me gusta sola… No me gustan las cosas muy dulces, prefiero lo salado. A todo le hecho sal, bueno… A casi todo. No puedo dormir sin oír música y [me estoy quedando sorda]. Tengo más imaginación que el creador de star wars, me rayo con, ¡todo! Me encanta cantar en la ducha y tirarme horas y horas sin hacer, absolutamente, nada. Me encanta escribir, pero cuando tengo que hacer algo bonito “OBLIGATORIAMENTE”, NO ME SALE. Creo que soy hiperactiva. No puedo estar quieta más de un minuto a no ser que me duerma y aun así, me muevo. Soy bipolar, cambio de opinión cada dos segundos, y podría volverte loco.
Aunque, dentro de lo malo, siempre hay algo bueno. Puede que la cague mil veces, pero también pido dos mil veces perdón. Puede que no sea muy cariñosa. Pero en un 20 % del día estoy ñoña. Puede que me aburra rápido, pero siempre intento buscar algo con lo que divertirte a ti. Puede que no te ame. Pero puedo quererte muchísimo.

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